Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Fiesta de la Sagrada Familia
Claves para no
discutir en familia
En ese
domingo después de Navidad, en el que celebramos la fiesta de la Sagrada Familia y, por tanto, la fiesta de
todas las familias que quieran vivir en un mínimo de armonía, hemos de considerar:
La familia nace
del amor, y debe vivir del amor. De ello depende el bien de la sociedad. Merece
la pena intentar ser felices en la familia porque en ello va nuestro bien como
seres humanos, y el bien de la humanidad. Esta es la clave para la paz y el
bienestar.
Me ha
gustado lo que publica BEATRIZ G. PORTALATÍN en “El Mundo”. Lo traigo al Blog
porque merece la pena leerlo.
Pasa
hasta en las mejores familias. Si hay algo más típico en estas fechas que el
turrón, las luces o los villancicos son sin duda, las discusiones familiares. Y
con ello, la estructura de pareja puede tambalearse. Hay veces que parece que
la Navidad separa más que une. ¿O no?
"La
Navidad no separa, lo que hace es incrementar la negatividad de lo que ya no
funciona o está roto. Muchos problemas de pareja se magnifican en estas fiestas
por la necesidad de convivir con personas que tienen un sistema de vida
diferente al suyo y con los que no suelen estar, o bien están poco el resto del
año", explica a EL MUNDO la psicóloga Rosa Collado Carrascosa,
especialista en Sexología y Psicoterapia Integradora del Centro madrileño Álava
Reyes Consultores.
Como en
cualquier otra época del año donde haya que tomar decisiones para encontrarse
con la familia o incluso convivir durante cierto espacio de tiempo, puede ser
en sí misma "una circunstancia lo suficientemente estresante que genere
ciertas tensiones entre los implicados", asegura.
Los tipos
de conflictos que suelen darse son, sobre todo, de índole económico, de
comunicación entre los miembros de la familia y también en la propia pareja,
problemas de tipo inter e intrafamiliares o de carácter generacional. Y también,
fundamentalmente, aparecen problemas emocionales y psicológicos: la falta de
seres queridos, los sentimientos que a cada uno le suscite juntarse con la
familia y las expectativas que ponemos en las reuniones familiares. "Las
fantasías idealizadas que aparecen en nuestra mente que después difícilmente
corresponden a la realidad", apunta Collado.
Todos
estos problemas suceden, según la especialista, porque las fiestas demandan
cubrir necesidades afectivas, exponerse a reencontrarse con personas no queridas
incluso con las que se comparte cierta acritud y, tal vez nos exigimos
demasiado: "Cumplir con la suegra y toda su familia, tener a los niños más
educados del planeta para obtener la aprobación familiar y cubrir las
necesidades de todo el que asista a la celebración sin dejar de atender a todos
los que no están y seguir controlando todo lo demás".
Lo
importante para saber manejar estas situaciones es no crear altas expectativas
de las reuniones familiares, no exigirse demasiado y, sobre todo, para que
estos pequeños conflictos no afecten a la estructura conyugal o de pareja es
importante tener, en estos días, un espacio de intimidad para ambos, y ser
flexibles el uno con el otro. Para esclarecer mejor esto, la experta en
psicología ofrece unos consejos fundamentales.
Claves
para no discutir con tu pareja.
(No me gusta el término "·Pareja", pero lo acepto porque los matrimonios bien constituidos son también pareja, pero es la pareja de primera calidad, a la que la une un sacramento, si eres cristiano, y si no lo eres, vives con un vínculo jurídico como el matrimonio civil, que te hace responsable.
Lo otro llamado también "pareja" por aproximación es una zarandaja inventada para vivir sin compromiso y con muy poca responsabilidad, sin que en esa unión se vea el vivir el "Plan de Dios" o FAMILIA, sanamente constituida, abierta a la vida y con padres responsables...
porque el vivir solo en parejas, sin más, puede romperse a la mínima, y sin compromiso, y con daño de los hijos si los hay. Franja)
Leído lo anterior puede tener mejor sentido y más sano lo que sigue:
1. La decisión de con quién pasar las fechas señaladas
es importante tomarla de forma que ambos estéis cómodos con el resultado.
Tratad de llegar a un acuerdo equitativo. Turnarse cada año con una familia,
por ejemplo.
2. Escucha y se flexible. Si no se está cómodo
en casa de nadie, propón tu propio hogar. Pero ten siempre en cuenta, de que una pena entre dos es menos pena, y la alegría es mayor si se comparte.
3. Relájate con las costumbres navideñas. Para
ti puede no ser importante, pero para tu pareja sí. Trata de unirte en la
medida de lo posible y, sobre todo, disfrutarlo o al menos deja de quejarte.
4. Respeta los tiempos que tu pareja utiliza en
el arreglo personal y sé paciente.
5. Si tienes hijos, programa algún tipo de
actividad o juego para que no se aburran o se desesperen.
6. Reservad unos días o unas horas para vosotros
solos: una cena romántica o una escapada, por ejemplo.
7. Si te gusta la decoración, intenta implicar a
tu pareja, para que sea algo divertido y compartido por ambos. Pero si siente
rechazo, déjale y respétela.
8. Generad ambos un presupuesto común, para ser corresponsables de los gastos. No gastéis más de lo que podáis. Es mejor gastar poco y que puedas pagar en tiempo de crisis, que gastar mucho y a plazos.
9. Sé paciente con las discusiones familiares. Recuerda que los dogmas son en Religión. Lo demás es todo opinable.
10. Tomaros algún día para hacer algo nuevo los
dos juntos y salir del cansancio del ajetreo de estos días.
Claves
para no discutir con tu familia
(Lo dicho anteriormente acerca de la pareja
sigue teniendo sentido en este capítulo)
1. Deja de idealizar las reuniones familiares
como si fueran de película y afronta objetivamente las dosis de realidad, es
decir, ajusta expectativas. Estás con personas que tienen defectos como los tienes tú.
2. Deja de intentar controlar lo que va a
ocurrir (bueno o malo) y desarrolla la confianza en ellos mismos como en ti mismo.
3. Intenta positivizar la experiencia y céntrate
en disfrutar y compartir.
4. Ten en cuenta que si te metes en
conversaciones escabrosas, pueden tener sus consecuencias. Es mejor elegir temas
neutros.
5. Respeta las dinámicas familiares de los
parientes de tu pareja.
Cada familia tiene sus costumbres.
6. Pide ayuda y no te sobrecargues con demasiadas exigencias ni con demasiadas limitaciones. Trata de ser justo sin avasallar.
7. Negocia las diferencias aportando soluciones
realizables, y no te olvides de que no puedes obligar a los demás a ser como tú. Dogmas solo en Religión. En lo demás todo es opinable.
8. Deja de juzgar lo que no compartes y aporta
ideas nuevas o refuerza las que otros aporten y que te gusten más.
9. Intenta transmitir buenos sentimientos. Para eso se coherente con tus principios morales, mejor, cristianos.
10. Reconfórtate pensando con sentido del humor,
que esto solo pasa una vez al año, o con muy poca frecuencia.
Fuente:
Franja, que ha confeccionado este artículo,
lo ha arreglado un poco para hacerlo más concorde
con la doctrina de la Iglesia sobre la familia.
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