Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Ana me envió esta meditación sobre un águila su aguilucho
Ana me envió esta meditación sobre un águila su aguilucho
SOBRE LAS NUBES
En
una zona de altas montañas, un águila enseñaba a su pichón a volar. Eran días
de un benigno verano que permitía disfrutar el azul del cielo despejado. Al
llegar el otoño, el cielo se cubrió de densas nubes negras. El pichón,
acostumbrado a ver el cielo y el sol, pegó un grito de desesperación. No veía
ese manto celeste con su sol resplandeciente.
El
águila, viendo esto, le pidió que le acompañara y juntas remontaron vuelo
y luego de una trabajosa travesía, ambas
estaban por encima de las nubes.
El
pichón estaba radiante de alegría, por fin habían desaparecido los molestos
nubarrones que le impedían ver el sol y su deslumbrante manto azul.
Muchas
veces sucede lo mismo en nuestras vidas, podemos estar viviendo un tiempo de
calma, días despejados y de repente grandes nubes cubren nuestro cielo y ya no
podemos ver el sol. Entonces nos desesperamos, gritamos, lloramos, nos damos
por vencidos y decidimos sentarnos en nuestro nido o nos resignamos a la idea
de que tendremos que volar siempre bajo esas nubes negras y que el cielo azul
sólo será un hermoso recuerdo.
Sin
embargo, el sol sigue ahí y las nubes son pasajeras, sólo necesitas remontar
más alto tu vuelo. No importa que tan
grande sea tu problema, o que la tormenta
haga más lento tu vuelo, hay que levantarse y volar por encima de esas nubes. Recuerda que todos los
que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las
águilas.
“En
cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto,
como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”. Isaías 40:31
(NTV)
Si
has sido creado con un propósito, si
Dios ha puesto en tu corazón grandes sueños, si ya tienes la promesa de que
eres más que vencedor, no dejes que unas cuantas nubes detengan tu vuelo,
extiende tus alas y vuela sobre las circunstancias
.
Los
temporales de nuestra vida son simplemente eso:, circunstancias pasajeras. No
importa la duración que tengan ni lo embravecidos que estén los vientos o lo
oscuro de las nubes que se presenten, lo importante es que pasarán porque son
“temporales”.
Decídete
en este día, no te enfoques en el problema, despliega tus alas de águila y
comienza a volar por encima cada circunstancia.
La autora
Ana María Frege Issa
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