Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
Contemplar
el Evangelio de hoy
Master·evangeli.net
Evangelio
de hoy
Día
litúrgico: Sábado XXIX del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc
13,1-9): En aquel tiempo, llegaron algunos que le contaron lo de los galileos,
cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió
Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás
galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que
se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que
los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo»
Les dijo esta parábola: «Un
hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no
lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar
fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la
tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras
tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si
no da, la cortas’».
COMENTARIO
+ Rev. D. Antoni ORIOL i
Tataret
(Vic, Barcelona, España)
«Fue a buscar fruto (...) y
no lo encontró»
Hoy,
las palabras de Jesús nos invitan a meditar sobre el inconveniente de la
hipocresía: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar
fruto en ella y no lo encontró» (Lc 13,6). El hipócrita aparenta ser lo que no
es. Esta mentira llega a su cima al fingir virtud (aspecto moral) siendo
vicioso, o devoción (aspecto religioso) al buscarse uno mismo y sus propios
intereses y no a Dios. La hipocresía moral abunda en el mundo, la religiosa
perjudica a la Iglesia.
Las
invectivas de Jesús contra los escribas y fariseos —más claras y directas en
otros pasajes evangélicos— son terribles. No podemos leer o escuchar lo que
acabamos de leer o escuchar sin que estas palabras nos lleguen al fondo del
corazón, si realmente las hemos escuchado y entendido.
Lo
diré en plural personal, ya que todos experimentamos la distancia entre lo que
aparentamos ser y lo que somos de veras. Lo somos los políticos cuando nos
aprovechamos del país proclamando que estamos a su servicio; los cuerpos de
seguridad cuando protegemos a grupos corruptos en nombre del orden público; el
personal sanitario cuando suprimimos vidas incipientes o terminales en nombre
de la medicina; los medios de comunicación social cuando falseamos las noticias
y pervertimos al personal diciendo que lo estamos divirtiendo; los
administradores de los fondos públicos cuando desviamos una parte de ellos
hacia nuestros bolsillos (individuales o de partido) y alardeamos de honestidad
pública; los laicistas cuando impedimos la dimensión pública de la religión en
nombre de la libertad de conciencia; los religiosos cuando vivimos de nuestras
instituciones con infidelidad al espíritu y a las exigencias de los fundadores;
los sacerdotes cuando vivimos del altar pero no servimos abnegadamente a
nuestros feligreses con espíritu evangélico; etc.
¡Ah!:
y tú y yo también, en la medida en que nuestra conciencia nos dice lo que
tenemos que hacer y dejamos de hacerlo para dedicarnos únicamente a ver la paja
en el ojo ajeno sin querer darnos cuenta siquiera de la viga que ciega el
nuestro. ¿O no?
—Jesús,
Salvador del mundo, ¡sálvanos de nuestras pequeñas, medianas y grandes
hipocresías!
No hay comentarios:
Publicar un comentario