Blog Católico de Javier Olivares-Baiona
SANTOS DEL 5 AL 11 DE OCTUBRE 2015
► XXVII Semana del Tiempo
Ordinario ◄
LUNES, 5
Témporas de Acción de
Gracias y de Petición
Desde antiguo, y hasta la
última reforma litúrgica, la Iglesia celebraba las «Cuatro Témporas»,
correspondientes a las cuatro estaciones del año, en tres días sucesivos. En la
actualidad, las Témporas se celebran al menos el día 5 de octubre, y es
aconsejable celebrarlas también en otros dos días de la misma semana. Son días
de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, de
quien procede todo bien, terminadas las vacaciones y la recolección de las
cosechas, al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la
Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente
por los frutos de la tierra y por el trabajo humano, dando gracias a Dios
públicamente. Cuando las Témporas se celebras en tres días, el primero se
centra en la acción de gracias, el segundo es un día penitencial, y el tercero
se consagra a la petición por la actividad humana.
ORACIÓN
Señor Dios, Padre lleno de
amor, que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil, para que
en ella encontraran descanso y bienestar, y, con el mismo amor, nos das a
nosotros fuerza para dominar la creación y sacar de ella nuestro progreso y
nuestro sustento, al darte gracias por todas tus maravillas, te pedimos que tu
luz nos haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro poder, quien nos
ha dado fuerza para crear las riquezas de la tierra. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
MARTES, 6
San Bruno, presbítero
Fundador de los cartujos.
Nació en Colonia (Alemania) hacia el año 1035. Formado y ordenado de sacerdote
en Reims (Francia), el arzobispo le encargó la dirección de los estudios y
escuelas de su diócesis. Fue maestro de Teología y sus comentarios de la
Escritura fueron bien acogidos. Pero Bruno buscaba otra cosa y se fue a
Molesme, donde estaba naciendo la reforma Cisterciense. Deseoso de mayor
silencio y soledad, en 1084 fundó un pequeño eremitorio en el lugar salvaje y
casi inaccesible del desierto de la Cartuja, cerca de Grenoble, que iba a
servir de modelo para las Cartujas de todo el mundo. El año 1090 Urbano II le ordenó
ir a Roma para el servicio de la Sede Apostólica. La vocación del Santo era
otra. El Papa lo comprendió y le permitió retirarse al desierto, sin salir de
Italia. Aquel mismo año marchó Bruno a la soledad de Squillace (Calabria), y
allí se durmió en la paz del Señor, en el monasterio de La Torre, el 6 de
octubre de 1101.
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, tú
que llamaste a san Bruno para que te sirviera en la soledad, concédenos, por su
intercesión, que, en medio de las vicisitudes de este mundo, vivamos entregados
siempre a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
MIÉRCOLES, 7
Nuestra Señora, la Virgen
del Rosario
Esta conmemoración fue
instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida
por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a
la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este
día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía
de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la
encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. «El mes
de octubre -dice Juan Pablo II- es el mes de María, mes del rosario. Hubo un
tiempo en que esta plegaria sencilla y profunda, rezada en particular y en
familia, se hallaba muy difundida en el pueblo cristiano. ¡Cuánto beneficiaría,
si también hoy se redescubriera y valorara, especialmente en el seno de los
hogares! Ayuda a contemplar la vida de Cristo y los misterios de la salvación;
aleja los gérmenes de la disgregación familiar, gracias a la incesante
invocación a la Virgen; y es vínculo seguro de comunión y de paz. Exhorto a
todos, y de modo especial a las familias cristianas, a encontrar en el santo
rosario el consuelo y el apoyo diarios para avanzar por el camino de la
fidelidad».
ORACIÓN
Derrama, Señor, tu gracia
sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de
tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, y con la intercesión de
la Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
JUEVES, 8
San Hugo de Génova
Nació en Alessandria
(Italia) hacia el año 1168, de la noble familia de los Canefri. No parece que
recibiera la ordenación sacerdotal. Lo adscribieron a la Orden de los
Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en pleno fervor de las
cruzadas. Prestó servicio largo tiempo en Tierra Santa para defender los
intereses de la cristiandad. Vuelto a Italia, lo destinaron a regir, en calidad
de maestre, preceptor o comendador, la Encomienda de San Juan de Jerusalén en
Génova, casa que tenía un hospital anejo. Allí brilló por su bondad y caridad
en el ejercicio de los altos oficios de gobierno y de beneficencia que le
habían confiado, a favor de los enfermos y menesterosos acogidos en el hospital,
así como de los peregrinos que hacían un alto en Génova antes de embarcarse o
al regresar de Tierra Santa. Se le atribuyeron muchos milagros, como el de
haber hecho brotar agua de una roca para que las lavanderas de un hospital
pudiesen lavar la ropa de los enfermos pobres. Murió hacia el año 1233.
ORACIÓN
Dios nuestro, que has
puesto a los santos como ejemplo y ayuda para facilitar a los débiles el camino
de la salvación, al celebrar la fiesta de san San Hugo de Génova concédenos
bondadosamente que, siguiendo sus pasos, caminemos hacia ti. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
VIERNES, 9
San Dionisio y compañeros
Mártires
Según narra san Gregorio
de Tours, Dionisio vino de Roma a Francia, a mediados del siglo III. Fue el
primer obispo de París, y sufrió el martirio en las afueras de la ciudad, junto
con dos de sus clérigos.
Nació y vivió en
Alejandría, Egipto. Al principio era pagano, pero después de haber tenido una
visión, y al dedicarse a estudiar la S. Biblia se dio cuenta de que la
verdadera religión es la católica y se convirtió.
En aquellos tiempos la escuela
de teología más famosa que tenía nuestra Santa Iglesia era la de Alejandría.
Allá iban a enseñar o a aprender los más destacados intelectuales del clero y
Dionisio brilló allí como un alumno especialmente dotado de gran inteligencia y
de prodigiosa memoria, y poco después de graduarse fue nombrado como director
de tan famosa escuela, cargo que ejerció durante 15 años con aplauso de todos.
En el año 247 Dionisio fue
elegido obispo de Alejandría. Luego estalló la terrible persecución de Decio, y
lo primero que hizo el gobernador de Alejandría fue mandar llevar preso a
Dionisio. Los perseguidores lo buscaron por todas partes, menos en su casa,
pues se imaginaban que había salido huyendo. Pero él no se había movido de su
habitación.
A los cuatro días Dionisio
dispuso huir con todos sus ayudantes pero la policía los atrapó y se los llevó
presos a todos, menos a uno de los empleados que logró huir a contar la
noticia.
En el año 257 estalló la
persecución de Valeriano. El gobernador de Egipto llamó a Dionisio y a sus
sacerdotes y les exigió que adoraran a los ídolos del imperio. El santo obispo
respondió: “Nosotros los seguidores de Cristo no adoramos sino al único Dios
que existe, que es el Creador de cielos y tierra.
Por más que el gobernador
trató de convencerlos para que adoraran a sus ídolos, ellos no aceptaron, y
fueron desterrados al terrible desierto de Libia.
Después de haber sido
obispo de Alejandría por 17 años dando muestra de gran prudencia y santidad y
ganándose la simpatía y la admiración de creyentes e incrédulos, San Dionisio
murió en el año 265.
San Epifanio cuenta que
por muchos años las gentes lo recordaban como un verdadero padre y maestro, y
dedicaron un templo en su honor. Sus virtudes y sus sabios escritos le dieron
fama universal.
ORACIÓN
Dios nuestro, que nos das
la perseverancia en la fe y la fortaleza en la debilidad; concédenos, por el
ejemplo y la intercesión de Dionisio y compañeros mártires, participar de la
pasión y resurrección de tu Hijo único, y así alcanzar, con tus santos, la
alegría eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SÁBADO, 10
SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA
Obispo, religioso agustino
(1488-1555)
Tomás García Martínez
nació en Fuenllana, el 21 de noviembre de 1486
Aunque hizo estudios de
artes y teología en el Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de
Alcalá de Henares, ingresó en la Orden de los Agustinos de Salamanca (1516) y
en 1518 fue ordenado sacerdote; en esta orden ocupó los cargos de prior
conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla.
También fue profesor de la universidad y consejero y confesor de Carlos I de
España.
Gozó de gran fama por su
gran austeridad personal.
Aunque Carlos I le ofreció
el cargo de arzobispo de Granada, él nunca lo aceptó; se cuenta que llegó a
Arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 1544 por error de un escribano, pero
siguió negándose hasta que se lo ordenó su superior en la Orden.
Compuso bellos sermones,
entre los que destaca Sermón del amor de Dios, una de las grandes
manifestaciones de la oratoria sagrada del XVI.
En 1547 ordenó sacerdote
al futuro San Luis Beltrán.
Falleció por una angina de
pecho en 1555 a los sesenta y seis años. Fue canonizado el 1 de noviembre de
1658, siendo uno de los tres santos, todos españoles, canonizados durante el
pontificado del papa Alejandro VII. Francisco de Quevedo escribió una biografía
suya, Epítome a la historia de la vida ejemplar y gloriosa muerte del
bienaventurado fray Tomás de Villanueva. La Universidad de Alcalá de Henares le
dedicó el primer patio del Colegio Mayor de San Ildefonso, al haber formado
parte de la primera promoción de la Universidad, y ser el primer Santo salido
de las aulas complutenses.
ORACIÓN
Señor y Dios nuestro, que
nos mandas valorar los bienes de este mundo según el criterio de tu ley, al
celebrar la fiesta de santo Tomás de Villanueva, tu siervo fiel y cumplidor,
enséñanos a comprender que nada hay en el mundo comparable a la alegría de
gastar la vida en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
DOMINGO, 11
XXVIII DEL TIEMPO
ORDINARIO
San Juan XXIII
De nombre secular Angelo
Giuseppe Roncalli, fue el papa número 261 de la Iglesia católica entre 1958 y
1963.
En su dilatada labor
apostólica, ocupó varios cargos de relevancia en la Iglesia católica en el
período de preguerra. Como obispo titular de Areopoli y, más tarde, de
Mesembria, desempeñó el cargo de visitador apostólico en Bulgaria desde 1925,
luego como delegado apostólico en la misma Bulgaria desde 1931. Fue designado
arzobispo titular de Mesembria y delegado apostólico en Turquía y Grecia el 30
de noviembre de 1934, cargo que desempeñó durante la mayor parte de la segunda
guerra mundial. A fines de 1944 fue designado nuncio apostólico en Francia,
donde permaneció hasta 1953. Creado cardenal presbítero de S. Prisca en el
consistorio de ese año, fue patriarca de Venecia hasta su elección como sumo
pontífice en el cónclave de octubre de 1958. Su pontificado, relativamente
breve, fue sin embargo sumamente intenso.
Sus encíclicas Mater et
Magistra (Madre y Maestra, 1961) y Pacem in Terris (Paz en la Tierra, 1963),
ésta última escrita en plena guerra fría luego de la llamada «crisis de los
misiles» de octubre de 1962, se convirtieron en documentos señeros que marcaron
el papel de la Iglesia católica en el mundo actual. Pero el punto culminante de
su trabajo apostólico fue, sin dudas, su iniciativa personal, apenas tres meses
después de su elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II, que
imprimiría una orientación pastoral renovada en la Iglesia católica del siglo
XX. Con todo, al momento de su muerte acaecida el 3 de junio de 1963, apenas
había transcurrido la primera de las etapas conciliares —que finalmente
alcanzarían el número de cuatro—, sin haberse promulgado ningún documento y
sería Pablo VI quien enfatizaría los propósitos básicos del concilio y lo
guiaría a través de las tres etapas conciliares siguientes hasta su final.
Caracterizado por un
notable sentido del humor,en Italia se recuerda a Juan XXIII con el cariñoso
apelativo de Il Papa Buono («el papa bueno»). Fue beatificado por el papa Juan
Pablo II durante el «Gran Jubileo» del año 2000. El 5 de julio de 2013 el papa
Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de Juan XXIII, que se
efectuó conjuntamente con la de Juan Pablo II el día 27 de abril de 2014, según
lo anunciado en el consistorio realizado el 30 de septiembre de 2013.1 A dicha
ceremonia, también asistió el papa emérito, Benedicto XVI.2 Junto a Juan Pablo
II es el papa más reciente en ser venerado como santo.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y
eterno, que llamaste a tu hijo Ángelo a cumplir el ministerio petrino bajo el
nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del
"Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras
vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra. Ayúdanos para alcanzar las
promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente
te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.
* * * EL
MISMO DÍA * * *
Santa Soledad Torres
Acosta
El 11 de octubre de 1887 a
la edad de 61 años fallecía en Madrid María Soledad Torres Acosta, fundadora de
las Religiosas Siervas de María, congregación dedicada a asistir en el
domicilio y totalmente gratis a los enfermos que lo solicitaran.
Santa María Soledad,
nacida el 2 de diciembre de 1826, fue beatificada por Pío XII, el 5 de febrero
de 1950 y canonizada por Pablo VI en 1970. En la actualidad, las Siervas de
María son unas 2380 religiosas en diversos países y tienen 126 casas.
El párroco de Chamberí, un
barrio pobre de Madrid se entristecía al ver que muchos enfermos morían en el
más completo abandono y sin recibir los santos sacramentos. Pensó en reunir a
un grupo de mujeres piadosas que visitaran a los enfermos en sus domicilios y
les ayudaran El a bien morir. Al enterarse Soledad Torres de este deseo del
párroco se presentó a él para ofrecerse a ayudarle en tan caritativa misión de
misericordia. Ella desde niña había asistido a varios moribundos. Al ver que
era débil y enfermiza, el sacerdote no la aceptó en una primera entrevista,
pero después se dio cuenta de que María Soledad tenía un alma muy especial. Con
ella y seis compañeras más fundó el 15 de agosto de 1851 la comunidad de
Siervas de María o Ministros de los enfermos.
Por aquellos tiempos se
propagó por Europa una terrible epidemia del cólera y en los hospitales no
cabían los enfermos. Muchos de ellos eran abandonados por sus familiares por
temor al contagio. María Soledad y sus religiosas se hacían presente por todas
partes para atender a los más abandonados. El sacerdote que había inspirado la
fundación se fue de misionero a lejanas tierras y el sucesor, dejándose llevar
de rumores y chismes, destituyó a Soledad del cargo de superiora. En sus
visitas a Jesús Sacramentado obtenía fuerzas para sufrir con paciencia y por
amor.
ORACIÓN
Señor, tú que concediste a
santa Soledad Torres Acosta la gracia de servirte con amor generoso en los
enfermos que visitaba, concédenos tu luz y tu gracia para descubrir tu presencia
en los que sufren y merecer tu compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
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